La encina

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Fotos de encina ( Quercus ilex). Detalle del árbol, de las hojas y los frutos (bellota)
Nombre común:

Castellano: Encina, carrasca, sardón, lecinera.

Inglés: Holm oak, evergreen oak.

Francés.: Chêne vert.

Italiano: Leccio.

Catalán: Alzina, aulina, carrasca

Gallego: Azinheira, azinho.

Portugués: Carvalho, azinheira.

Vasco: arte, eskurrtze, abarra, zuhaitza.

Alemán: Steineiche.

Holandés: Steeneik.

Finlandés: Rautatammi.

Galés: Prinwydden.

Croata: Hrast crnika.

Quechua: Insina.

Nombre científico : Quercus ilex L. = Quercus smilax L. = Quercus sempervirens M. ill.El nombre del género » Quercus » procede seguramente del celta y es una palabra compuesta formada por dos nombres celtas: » Quer » = elegante y » Cuez «= árbol. El nombre de la especie » Ilex» es el nombre en latín de la encina.

Familia. Fagáceas.

Características:

Árbol perenne de la familia de las fagáceas de hasta 20 m. Tallos erectos de color gris, cortos y tortuosos. Hojas alternas, cariáceas, elípticas, oblongas o lanceoladas, con el haz verde brillante, no pubescente, y el envés blanquecino, de hasta 4 cm de longitud, con hasta 11 pares de nervios laterales, con márgenes muy variables ( enteros, dentados o incluso espinosos)

Flores amarillentas, reunidas en inflorescencias en forma de amentos colgantes de los brotes tiernos del año. Fruto en núcula, ( es lo que se conoce como bellota ), de color marrón oscuro en la madurez, amargo, no comestible, de 1 a 3 cm de longitud y con la cúpula que no llega a la mitad. Bosques mediterráneos húmedos , formando encinares.

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Hábitat: La encina es el árbol más característicos del clima mediterráneo, alcanzando la mayor difusión en toda la Península Ibérica, especialmente en España, no estando tan extendida en Portugal, que es mucho más rico en una especie muy parecida a la encina, el alcornoque ( Quercus suber).

No obstante, puede encontrarse en toda la región mediterránea ( Todo el litoral mediterráneo de Francia, Italia, , Croacia, Montenegro, Albania, Grecia y Turquía. Dentro de las aguas del mar Mediterráneo aparece en las islas Baleares , Sicilia, Córcega y Cerdeña. Por el norte de África ocupa parte de las montañas del Atlas en Marruecos. También se extiende por todo el el sur y centro de Francia hasta llegar al oeste donde crece por el Atlántico francés desde el departamento de la Gironda hasta el departamento de Morbihan.

La imagen inferior nos ofrece la distribución de la encina en todas sus subespecies a lo largo de todo el Mediterráneo, según nos ofrecen Mercedes García Antón, Rafael Escribano Bombín y Costa Tenorio en su estupendo libro » Los bosques ibericos» donde se estudía en profundidad este árbol y muchas otras especies de la Península Ibérica.

La encina constituye el árbol mediterráneo por excelencia. Es una planta que ejemplifica ampliamente la adaptación de una especie al bosque esclerófilo mediterráneo. La palabra esclerófilo procede del griego ( » Sklerós» = duro y » Phyllon» = hoja) y se refiere al tipo de vegetación mediterránea con hojas pequeñas y endurecidas. Este tipo de hoja, presente en la mayoría de árboles y arbustos de este clima, es capaz de aguantar el calor y la falta de precipitaciones durante el verano y el frío intenso en invierno. En el caso de la encina, este árbol cuenta con una serie de adaptaciones específicamente desarrolladas para este medio:

Adaptaciones de la encina al calor del verano :

La encina es un árbol que presenta hojas perennes características del bosque esclerófilo mediterráneo. La superficie de la hoja es pequeña y se encuentra cubierta de productos céreos que hacen que tenga una cutícula foliar con textura endurecida, lo que se llama hoja esclerófila. Estas capas endurecidas, formadas por el gran desarrollo del tejido esclerinquimático, muy rico en lignina, disminuyen la evaporación de agua. De igual manera, los estomas, situados en el envés de la hoja y adecuadamente protegidos por una masa de pelos blanquecinos permite una menor pérdida de agua.

Tenemos que tener en cuenta que el árbol cierra los estomas de la hoja cuando los recursos hídricos son pobres. Así pues la encina consigue disponer de una hojas que prácticamente no son funcionales en condiciones desfavorables. Se ha comprobado que, al llegar el verano, las encinas realizan la mayor parte de la fotosíntesis durante las primeras horas de la mañana y las últimas horas de la tarde cuando el sol no aprieta demasiado. Posteriormente, en el momento de mayor calor, cierran los estomas y apenas se produce actividad fotosintética.

A diferencia de las hojas de las especies de caducifolios, como el haya o el castaño, las hojas no se disponen en posición horizontal para captar más luz solar sino que muchas de ellas estas situadas oblicuamente a la dirección de la luz para recibir menos radiación solar.

Estas características de tamaño, de forma, de composición y de distribución responden a una doble función: proteger al árbol de la deshidratación en verano cuando en el bosque mediterráneo hace mucho calor y el agua es poco abundante y proteger a la hoja de los fríos del invierno.

¿ Como pueden resistir las encinas los fuertes fríos hibernales?

La encina es un árbol de hoja perenne. Aunque no deja caer las hojas al llegar el otoño, consigue la misma finalidad que realiza un haya o en un castaño que no presenta hojas durante todo el invierno. La encina, aunque presente hojas durante el invierno, permanece inactiva durante esta estación consiguiendo resistir los fuertes fríos hibernales Para ello, a medida que avanza el otoño, va cesando su actividad, permaneciendo prácticamente inactiva a partir de los 0º C. Esta inactividad, junto con la presencia de las capas céreas y otras substancias de su organismo, le permiten resistir temperaturas muy por debajo de los 0ºC. La subespecie Quercus ilex L. subsp. rotundifolia = Quercus ilex L. subsp. ballota , conocida como carrasca, que habita en zonas interiores, puede resistir indemne hasta -25 ºC.

¿ Qué ventajas tiene la encina con sus hojas perennes con respecto al haya de hojas caducas? La ventaja principal es una mayor economía de nutrientes. El haya necesita renovar todo su follaje cada año. Construir todo el follaje de un árbol, como el de una encina, representaría un esfuerzo demasiado grande para un árbol que no dispone de tantos recursos a su alcance para conseguirlo, fundamentalmente de suficiente agua. Una encina puede aprovechar los momentos favorables de un clima mediterráneo tan variable sin arriesgar tanto a cambio como lo hace un haya en un clima mucho más predecible, sobre todo en cuanto a disponibilidad de agua.

Estas son las razones por las cuales las plantas de climas mediterráneos esclerófilos, como la encina, suelen tener las hojas pequeñas y perennes, mientras en climas más húmedos y fríos suelen ser más grandes y caducas. Las hojas pequeñas y perennes son la adaptación a un clima con fuertes radiaciones solares , para economizar agua y para no tener que sufrir tanto a la hora de renovar las hojas al llegar la primavera. ( Más información sobre adaptaciones de las hojas)

La encina, árbol fundamental de la dehesa ibérica

La encina en su variedad de carrasca (Quercus ilex L. subsp. rotundifolia) representa la figura típica de la dehesa de la península Ibérica. La dehesa es un tipo de paisaje constituido por un terreno de pasto sobre el que se diseminan árboles como la encina, el alcornoque el roble y, a veces el haya o el pino. Constituye una evolución del primitivo encinar mediterráneo, significando aproximadamente la tercera parte del terreno arbolado de la península Ibérica. ( Más información sobre la dehesa)

Variedades o subespecies de encinas

Existen fundamentalmente dos variedades de encinas:

– Quercus ilex L. subsp. ilex : Es la variedad que se sitúa en zonas litorales, desde el nivel del mar hasta por encima de los 1500 metros. Conocida propiamente como encina. Es un tipo de encina que necesita una mayor humedad ( 600 litros anuales como mínimo) y que no soporta los climas continentales. Se diferencia de la variedad continental en presenta un porte mas estrecho y vertical, las hojas más alargadas y el envés menos piloso.

– Quercus ilex L. subsp. rotundifolia = Quercus ilex L. subsp. ballota : Es la variedad más continental. Conocida propiamente como carrasca. Habita en en interior, presenta un porte más bajo y redondeado y las hojas suelen ser más cortas y redondeadas, con el envés mucho más gris por la presencia de una pelosidad más abundante. Resiste mejor la sequedad y los fríos de invierno. ( Véase más información sobre » Características de la carrasca» en el listado superior)

Especies parecidas a las encinas

Las encinas pueden confundirse a primera vista con una serie de árboles o arbustos afines pertenecientes a la misma familia ( Fagáceas) y al mismo género (Quercus)

La especie con la que más se puede confundir es con la coscoja ( Quercus coccifera). La coscoja es otro miembro de la misma familia que resulta muy parecido, especialmente cuando las encinas o carrascas son pequeñas y presentan las hojas punzantes como la coscoja. Se trata de un arbusto que presenta las hojas mas pequeñas, retorcidas y punzantes, incluso cuando son adultas. ( Se trata de una adaptación de la especie al medio, que el árbol ha desarrollado para impedir que los herbívoros se coman sus hojas. A medida que va creciendo se va perdiendo esta característica pues el tronco más elevado permite desplazar las hojas del ataque de los animales, lo cual no ocurre con la coscoja que siempre presenta un aspecto mas bajo)

El fruto de la coscoja es también una bellota, aunque se distingue de la encina porque presenta un capuchón que cubre hasta la mitad del fruto y esta recubierto por escamas punzantes. En la encina el capuchón solo alcanza una tercera parte de la longitud del fruto y no posee escamas punzantes. La coscoja constituye la planta más característica de un tipo de vegetación mediterránea llamada garriga, aunque puede aparecer mezclada con las encinas en encinares degradados.

Otra especie con la que se puede confundir, si nos fijamos solamente en las hojas y en las bellotas, es el alcornoque ( Quercus suber) aunque basta comprobar la gruesa corteza (corcho) que cubre su tronco y sus ramas para darnos cuenta de la diferencia.

Los robles ( Quercus pubescens, Quercus robur, Quercus pyrenaica, Quercus lusitanica, etc ) presentan también el mismo tipo de fruto ( Bellotas) aunque la forma de las hojas los distingue rápidamente de las encinas. ( Véase más información sobre clases de robles)

Las hojas jóvenes de la encina y las hojas adultas de la coscoja recuerda a las del acebo ( Ilex aquifolium ), por este motivo en inglés a la encina se la conoce como » Holly oak» , que traducido, palabra por palabra, vendría a significar » Acebo roble». El acebo es un arbusto más bajo que la encina y su fruto es completamente diferente, ya que tiene la forma de una bolita de color rojo y no produce bellotas ya que pertenece a una familia diferente ( Aquifoliáceas) El acebo puede coincidir con la encina en un tipo de vegetación mixta en la que aparecen otros árboles como el roble.

Tipos de encinares

La encina litoral (Quercus ilex L. subsp. ilex) forma bosques puros en zonas litorales del mediterráneo llamados encinares donde puede convivir con una especie afín, el alcornoque, y otra serie de plantas propias de este tipo de bosque. También existen bosques mixtos de encinas en los que este árbol se mezcla con otros, como el pino o el roble. ( Más información sobre los encinares en » Características del encinar en el listado superior)

El cultivo de la encina

La encina es un árbol muy fuerte que puede crecer en cualquier tipo de terreno, excepto en aquellos que presentan un mal drenaje o los de naturaleza salina, aunque prefiere los terrenos fértiles, profundos y de naturaleza margosa. Acepta muy bien los terrenos arenosos. Necesita sitios soleados, aunque tolera bastante bien la sombra cuando es joven. Es muy resistente a las brisas marítimas, al frío y al calor. Puede resultar muy decorativa en un jardín o plaza, aunque es de crecimiento muy lento ( Más información sobre su cultivo en el listado superior)

Usos de la encina

– Producción de carbón y leña: La madera de la encina es muy adecuada para el fuego puesto que desprende mucho calor y tiene una combustión muy prolongada. Ha sido utilizada y sigue siendo utilizada como combustible en las estufas y lares de muchos sitios del mediterráneo. Se utilizó también para producir carbón. Todo ello trajo como consecuencia en el pasado la disminución de muchos encinares que vieron reducida su amplitud o su densidad. Sin embargo, una adecuada planificación de la explotación de los encinares puede permitir la utilización de esta madera en la producción de leña. Basta para ello que se utilice la madera sobrante procedente de las podas anuales. Con ello podemos alargar la producción durante centenares de años. Se estima que la vida media de las encinas españolas se sitúa en la actualidad en unos 400 años.

– Producción de madera: La encina tiene una madera muy dura y resistente. Aguanta muy bien el peso y la humedad. Aunque, es difícil de trabajar, resulta muy decorativa en tornería. Sin embargo, dado que es un árbol que crece muy lentamente no se utiliza mucho para estas finalidades.

– Producción de herramientas: Dada la dureza y la capacidad para resistir la humedad y la podredumbre de la madera de la encina, ésta se ha venido utilizando tradicionalmente para la elaboración de herramientas para el campo, como mangos o rejas de arados, mangos de azadas, ruedas de carro, piezas de las ruedas de las norias, postes de cercados, etc.

– Producción de taninos: La industria utiliza los taninos obtenidos de la corteza y de las agallas, fundamentalmente en el tratamiento de las pieles y pinturas. Las agallas de las encinas son excrecencias en forma de bola que producen estos árboles para alojar a los insectos que comen madera, de manera que estos no ataquen las auténticas ramas del árbol. Los insectos viven dentro de estas agallas en su fase larval. Cuando se transforman salen al exterior perforando las agallas y dejan estas libres. Estas agallas son muy ricas en taninos y en colorantes.

– Usos medicinales. La riqueza en taninos es aprovechada en el tratamiento de muchas enfermedades del aparato digestivo y de la piel. ( Ver más información sobre » Propiedades medicinales de la encina» en el listado superior)

– Alimento para los cerdos: Los frutos de la carrasca o bellotas se utilizan para alimentar los cerdos. Con ellos se crían los famosos cerdos ibéricos que producen jamones serranos. Por eso este tipo de jamón que proviene de cerdos alimentados en las dehesas con bellotas se llama también » jamón de bellota». Su calidad es muy elevada dado que la riqueza en ácidos grasos de este fruto le otorga menos contenido graso que el jamón producido por cerdos alimentados con pienso. Además, su sabor tiene un aroma especial que lo hace reconocible y apreciado en todo el mundo. Su precio, naturalmente, es mucho más elevado que el jamon serrano » normal».

– Alimento para las personas: Las bellotas que producen las carrascas son más dulces que las que producen las encinas. Dentro de las bellotas de las carrascas, algunas son especialmente dulces y resultan comestibles, aunque no debe abusarse de ellas porque contienen muchos taninos que pueden producir desarreglos intestinales. ( Véase más información sobre las propiedades de los taninos)

Especies de encina

Además de la encina mediterránea, con sus dos variedades, podemos señalar las siguientes especies de encinas:
– Encino de miel: (Quercus ariifolia) Árbol que crece al suroeste de Estados Unidos y norte de México. alcanza una altura de unos 12 o 20 metros y puede vivir en lugares muy secos o muy húmedos, desde los 1000 metros hasta por encima de los 2500 metros.

– Encino prieto: ( Quercus affinis) Especie mexicana que alcanza unos 20 o 30 metros. Crece en climas templados o semisecos entre los 1000 y los 3000 metros de altitud, especialmente en la Sierra Madre. Muy utilizado en la confección de mangos para herramientas y como combustible.

Más información sobre la encina en el listado superior